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AMSTEL GOLD RACE Y LA CERVEZA MÁS RECONFORTANTE DEL AÑO

Linkeballen.nlFoto: Linkeballen.nl

¡Cerveza para Boogerd! Se podía oir entre los aficionados agolpados en meta, bajo el júbilo local debido a la gesta lograda por el espigado ciclista de La Haya en aquel lejano mes de Abril de 1999. El jefe de filas del Rabobank, equipo franquicia de todo el ciclismo del país de las bicicletas por excelencia, había vencido en la carrera del año: La Amstel Gold Race. Y lo había hecho por todo lo alto, en un mano a mano intenso, vibrante ante un rival en alza, un Lance Armstrong que meses después ganaría el Tour de Francia e iniciaría una era dentro de la Grande Boucle, que luego, como todos ya sabemos, fue una farsa…

Para el Rabobank, mientras disfrutamos de su longeva existencia, la Amstel era el gran objetivo de toda una temporada ciclista. Daba igual el Tour, el Giro, los monumentos. Una marca como ésta, que ha patrocinado a todas las categorías inferiores del ciclismo holandés, todas sus actividades, el BTT, el ciclismo femenino, etc… la entidad bancaria no iba a dejar que alguien de fuera se llevara la clásica-símbolo de toda una nación. Sólo por eso, Michael Boogerd pasará a la historia del ciclismo neerlandés, y eso que tiene un palmarés con logros tan buenos o más que dicha Amstel.

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En la actualidad, la «clásica de la cerveza» es una carrera con una trayectoria intachable. Sólidamente asentada en el calendario UCI y compitiendo con el pedigrí de los «Monumentos». Antes se ubicaba tras Flecha y Lieja, pero desde hace unas temporadas (y para bien), se la espera siempre con ganas, como antesala y primera batalla del «Tríptico de las Árdenas», ocho días donde los adoradores de las pruebas de un día y de las subidas cortas, machacantes y con pendientes imposibles disfrutan de lo lindo, especialmente por Centroeuropa.

Para 2015 se sigue con la tónica de la temporada anterior. La cota de Cauberg no será final de la carrera, sino que una vez coronada quedarán todavía 2,5 kms para alcanzar la meta de Valkenburg, al igual que en el mundial de marras ganado por Phillippe Gilbert que, por cierto, partirá de nuevo con el dorsal número 1, como ganador en 2014. Y es que la cita holandesa le viene al de Verviers como anillo al dedo. Además, tras no ganar en la Flecha Brabanzona anteayer saldrá con hambre de gloria.

Cauberg, en el punto de mira

¿Respecto al trazado? Pues similar al de ediciones anteriores, con un total de 34 cotas o «bergs» que salpicarán todo el recorrido, que se alargará hasta los 258 kms. A diferencia de carreras como Flandes, Lieja o Flecha, desde la salida de Maastricht, la Amstel nos ofrece un panorama plagado de ascensiones desde casi el banderazo inicial, un sube y baja sin parar que la convierten en un infierno. Y si el mal tiempo acompaña, no te quiero ni contar. Ya en el kilómetro 9 tenemos la primera ascensión al Slingerberg, y así hasta 33 más que hacen de esta carrera una batalla incomparable y con un desenlace tan selectivo y similar a las tres citas míticas mencionadas antes.

Y no sólo eso. Es el estresante ritmo que exige la Amstel. Desde el banderazo no encontramos más que curva a izquierda, a derecha, subida, bajada, carretera estrecha… Concentración al máximo durante más de seis horas. Psicológicamente puede incluso ser más agotador que el simple esfuerzo físico que conlleva; aquí lo de las rectas largas, el pararse a mear…, en fin. En relación a las cotas previstas, apenas habrá novedades. Si tengo que quedarme con nombres elijo Camerig (este año no se asciende), Geulhemmerberg, Gulpenerberg, Bemelerberg, Loorberg y el que creo que es el más duro, el Keutenberg. Subida que no llega al kilómetro de longitud, con una media cercana al 10% y un máximo del 22%. Otros años era más decisiva, ya que quedaba a apenas una docena de meta, pero estas últimas ediciones ha ido perdiendo el protagonismo en favor del dichoso Cauberg, símbolo de esta carrera y que subirá hasta en dos ocasiones tras pasar por este complicado filtro.

keutenbergAltimetría del Keutenberg   Foto: Hardfietsen.nl

En general, será un recorrido en el que los ciclistas rápidos de fuerza que vienen de Flandes y de Roubaix pueden aún tener opciones en él, como Sagan y Matthews, pero en el que también entran ya en escena gente más escaladora, de fibra algo más resistente y poderosa en grupos pequeños tipo Valverde, Gerrans o Gilbert, sin descartar incluso ya a vueltómanos oportunistas, aunque éstos últimos asomarán más en Flecha y Lieja.

Jan Raas, rey de la Amstel

Como no podía ser de otra manera, uno de los grandes mitos holandeses del ciclismo, Jan Raas, es el que más veces ha levantado los brazos en esta carrera. Un ciclista con un palmarés impresionante, plagado de clásicas y monumentos (Roubaix, Sanremo, Flandes, Wevelgem, Kuurne, Brabante, Het Volk), que se impuso en la carrera de casa en cinco ocasiones, cuatro de ellas seguidas, de 1977 a 1980 y la última, en 1982. Tampoco faltan en el palmarés de la carrera de la «birra» nombres ilustres como los de Eddy Merckx (en dos ocasiones), Bernard Hinault, Joop Zoetemelk, Johan Museeuw o Michele Bartoli, entre otros. Asimismo, incidir en que la Amstel tuvo versión femenina durante tres años, de 2001 a 2003 pero, desgraciadamente, sin continuidad.

Volkskrant Jan RaasJan Raas batiendo a Gerrie Knetemann  Foto: Volkskrant

A la hora de elegir ediciones para el recuerdo arranco con la de 1997, en la que ganó un vueltómano como Bjarne Rijs. El danés venía de ganar el Tour de Francia el año pasado, siendo el verdugo de Miguel Induráin camino de la cima de Hautacam. Al año siguiente acudió a la Amstel y se marcó un carrerón, entrando en solitario y dándonos a entender que iba a llegar bien al Tour, aunque luego su compañero Jan Ullrich se encargaría de que no fuera así. Inolvidables también las disputadas en 1999 y 2001. Durante varios años, esta carrera fue utilizada por un encumbrado Lance Armstrong para ver su estado de forma de cara al Tour.

Sporza BoogerdBoogerd superó a Armstrong en 1999 Foto: Sporza

El tejano eludía las citas de Flecha y Lieja, demasiado duras para sus aún tiernas piernas y acudía a Limburgo para hacer su primer test saliendo a ganar y no a rodar. En ambos años, el tejano finalizaba segundo, tras dos holandeses de Rabobank que, motivados por correr en casa, no iban a dejar que todo un ganador de la Grande Boucle les fuera a «birlar» el rico zumo de cebada. Y termino mencionando el triplete de Phillippe Gilbert en 2010, 2011 y 2014. De sus tres victorias, me quedo con la última, la del año pasado. Salía como favorito y actuó exactamente igual que cuando ganó el Mundial de Valkenburg, en este mismo escenario: Arrancando en el Cauberg y manteniendo una mínima renta hasta meta. Y los demás, mirando como pasmarotes sin poder de reacción.

Faro de VigoPhillippe Gilbert, ganando en 2014.  Foto: Faro de Vigo

Un palmarés virgen de españoles

Parece mentira que aún uno de los nuestros no haya ganado en esta carrera. Si bien el Tour de Flandes y París-Roubaix son citas tan complejas para nosotros y con una filosofía tan particular que se nos antoja harto imposible conquistarlas, la Amstel ya debía haber caído desde hace años en nuestro poder. Se han logrado dos segundos puestos y un tercero, siendo Alejandro Valverde el más prolífico en la clásica cervecera. Ya en 1990 a punto estuvo de sonar la flauta. Un Miguel Induráin en ascenso vertiginoso hacia la cima de su carrera, se marcaba una gran actuación en la Amstel de aquel año, llegando incluso con opciones de victoria. Pero las averías mecánicas acabaron por dejarle sin opciones. Ese día terminaría 19º, yéndose el triunfo a manos del mítico Adrie Van der Poel.

Getty Images Indurain salida amstel 1993«Le Roi» Miguel Induráin, en la salida de la Amstel en 1993.   Foto: Gettyimages

Tuvimos que esperar a la entrada al siglo XXI para empezar a creer en que era posible. En la edición de 2000 fue una en la que más cerca estuvo Óscar Freire. Tras el paso de todas las cotas y con nada menos que Paolo Bettini a su disposición, el cántabro, con todo a favor, se hundió inexplicablemente en el embalaje final tras el gran lanzamiento del italiano. Vía libre para un Erik Zabel que no desaprovechó la oportunidad de incorporar a su palmarés una prueba que nunca pensó que podría lograr tan fácilmente.

Bike race info ZabelErik Zabel ganando en 2000, con Freire desbordado   Foto: Bike Race Info

Otro ejemplo fue en 2005. En una jornada de perros con mal tiempo y sin TV en directo hasta el kilómetro final, vivimos la gloria de Danilo di Luca, pero con hasta tres españoles entre los diez primeros (5º Miguel A. M. Perdiguero, 8º David Etxebarría y 10º Óscar Freire). Dos años después, más de lo mismo. Ganaba el alemán Stefan Schumacher, Valverde era sexto, Freire 9º y Purito Rodríguez 11º. Fue a partir de 2008 cuando el ciclismo español subió al podio de la Amstel para hacer historia. Ese mismo año lo hacía Alejandro Valverde, tras acabar tercero en un sprint donde, incomprensiblemente, dos corredores más lentos que él, se adelantaban al murciano: El ganador Damiano Cunego y el luxemburgués Frank Schleck. Al menos, la barrera del podium había sido derribada.

Photo NewsJoaquím Rodríguez segundo en la Amstel de 2011  Foto: Omega Pharma-Lotto

Fue precisamente Joaquim Rodríguez quien puso una piedra en un escalón más alto, finalizando segundo en 2011, sólo superado por un intratable Phillipe Gilbert. Incluso Óscar Freire terminaba en sexto lugar, ya con un trazado más perjudicial para él porque el final de la carrera se ubicaba en la cima del mismísimo Cauberg. Además, el cántabro, en el año de su retirada en 2012 y vistiendo los colores del Katusha, atacaba de lejos y era neutralizado de manera frustrante a apenas 50 metros de la meta en la cima de marras, yéndose la gloria a las espaldas del oportunista italiano Enrico Gasparotto. Y hace dos años, Alejandro Valverde igualaba la gesta de Purito, finalizando segundo con sólo el checo Roman Kreuziger por delante de él tras haberse fugado kilómetros antes. El murciano lograba ser el más rápido del grupo principal, pero insuficiente para acabar con la maldición de España en esta prestigiosa carrera. Veremos este año si por fin el murciano se saca la espina tras el cuarto puesto de 2014.

Sirotti 2013 AmstelAlejandro Valverde segundo en 2013 tras Kreuziger  Foto: Sirotti

Un nombre: Phillippe Gilbert

De todos los favoritos, el valón será el más vigilado en la salida de Maastricht. Sus tres entorchados le delatan como el mejor en la Amstel durante el último lustro. Pero, claro está, no será el único. Sobre todo los equipos locales saldrán hipermotivados, Lotto Jumbo con Wilco Kelderman y Team Roompot con Johnny Hoogerland y Marc de Maar. Y partir de ahí una pléyade de nombres con muchos kilates como Alejandro Valverde, Rui Costa, Tony Gallopin, Simon Gerrans, Michael Matthews, Purito Rodríguez, Roman Kreuziger o Bauke Mollema, entre otros. Incluso ex-ganadores como Gasparotto o Cunego jugarán sus cartas. Está claro que la participación (no podía ser menos), será de lujo.

De la presencia española desde luego que no nos podemos quejar. Movistar presentará un potente equipo con el «Bala» al mando, con Visconti, Herrada, el mayor de los Izagirre y Rojas como guardia pretoriana. Por su parte, el Team Katusha estará liderado por el pujante Joaquim Rodríguez, reciente ganador de la Itzulia y secundado por sus inseparables Dani Moreno (ojo con él) y Alberto Losada. Luis León Sánchez jugará sus bazas en función de Nibali dentro del Astana, mientras que Samuel Sánchez estará supeditado a las andanzas de Gilbert en BMC.

Quizá tenga más chance Rafa Valls en el Lampre, aunque si Rui Costa va fuerte nos imaginamos que se supeditará al portugués. Finalmente, veremos si Vicent Reynés y Míkel Nieve tienen algún tipo de libertad en esta complicada y estresante carrera de la cerveza. Yo no me la pierdo. ¡Sírveme otra, anda!